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Cultura

Coco chocolatero,

principios del siglo XX Pichucalco, Chiapas

Cacao de Pichucalco ©

El cacao corre por las venas de la gente de Pichucalco, está en su sangre, es decir en su cultura.  Al ser la actividad por tradición y excelencia en Pichucalco fueron surgiendo costumbres y maneras propias de entender la vida así como de relacionarse con la naturaleza. Las personas del campo conviven con el cacaotero en los plantíos, trabajando a la sombra de los árboles, interactuando con los insectos y animales, con los árboles y plantas, creando incluso rituales llenos de mística para cosechar los frutos del cacao. En los pueblos también se vive la cultura en torno al cacao a través de la gastronomía y del paisaje donde cualquier superficie es convertida en secadero de cacao y hasta no hace mucho tiempo se podía apreciar como desfilaban recuas de mulas con el preciado cargamento.

La riqueza e importancia de Pichucalco, sus aportes a México, y también la gran cultura del cacao florecieron en magníficas expresiones literarias bajo la pluma de de José María Gurría Urgell y Francisco J. Lara:

Cabezada para caballo de una Hacienda de Pichucalco (detalle), s.XIX

Cacao de Pichucalco ©

La Cosecha del cacao, 1947.

Francisco J. Lara

 

Alza la moza púber la palanca

que corta las mazorcas policromas;

mientras se agitan las erguidas pomas

que cubre apenas la camisa blanca.

 

Al sol destellos la mazorca arranca

bajo el vuelo de gárrulas palomas,

y entre el rumor campestre de las lomas

resuena el eco de la risa franca.

 

En fiestas se convierten las faenas

bajo la sombra del solar vetusto,

y se recrean las miradas plenas,

 

mucho más que en las pomas del arbusto:

en las poma turgentes y morenas

de la muchacha de incitante busto.

Anillo plateado para posar el coco y jícara para bebias de cacao, s.XIX

Cacao de Pichucalco @

Romance de Pichucalco, 1951.

(Romances a Pichucalco)

José María Gurría Urgell

[...]

Rancheros de Pichucalco:

escaladores de sierras,

domeñadores de ríos,

derribadores de selvas.

[...]

Y así fue como fincaron

sus ranchos y sus haciendas.

Haciendas para vivir

y para morir en ellas.

 

Nada más con mencionarlas

El recuerdo las despierta.

¡Quién las pudiera pintar

como el alma las conserva!

 

El plan del sitio se tiende

a manera de una alfombra

en verde zacate fino

sobre llanuras y lomas.

[...]

La Casa Grande rodea

una cerca protectora

con postes de cocoite

que echan follaje y enfloran.

 

En los patios de la Casa,

sobre mantas secadoras,

las almendras del cacao

en luz del sol se coloran.

[...]

Más allá las plantaciones,

el hular de flores rojas,

cacaoteros que desgaja

el peso de sus mazorcas.

[...]

Pueblecitos más que haciendas

donde la vida se norma

en los moldes patriarcales

de las edades remotas.

 

Un ambiente de otros días

junta gustos y zozobras.

con el amo y el sirviente

una familia se forma.

[...]

Haciendas de Pichucalco

con zacatillos de alfombra,

fincadas junto del río

o en la cumbre de las lomas.

[...]

El viejo ranchero de Pichucalco, 1947.

Francisco J. Lara 

[...]

Siguió los pasos del padre sobre los surcos profundos

y fue sembrando los granos, imitando las fatigas

de las labores paternas. Las manecitas amigas

hicieron que germinaran aquellos granos fecundos.

Se hizo la simiente arbusto, los arbustos cacaotales…

y así surgieron Haciendas, fue germinando la tierra,

se cultivaron campiñas y se derribó la sierra

convirtiéndose sus flancos en extensos pajonales.

[...]

Huele a jaco y a jengibre la siembra de tierra baja,

huele a pimienta y canela la cordillera y la loma

y hasta la frua en la rama despide fragante aroma:

¡cómo perfuma la tierra cuando el hombre la trabaja!

Con la Hacienda creció el niño y prosperó con la Hacienda;...

coco_hsa.jpg

Coco chocolatero de una Hacienda de Pichucalco, s.XIX

Cacao de Pichucalco @

Romance de la quiebra de cacao, 1951.

(Romances a Pichucalco)

José María Gurría Urgell

[...]

Hunde en ella la paleta

y al chasquido de la cáscara,

la mazorca dividida

en dos copas cinceladas,

ofrenda el vivo racimo

de sus almendras nevadas.

 

Y comienza el sacrificio

de las mazorcas hermanas.

Y las paletas repican

como si fueran maracas,

como si fueran chinchines,

como si fueran campanas.

 

Las almendras van cayendo

en la laguna fantasma

y las cáscaras vacías,

en curva inversa lanzadas,

pintan el aire y, en tierra,

con cien colores estallan.

[...]

Ya la Quiebra se quebró

asimismo en la escurana.

las almendras que quedaron

en la calle solitaria,

han cegado con su nieve

la laguna imaginaria.

 

Pero mañana, en el río,

el vaivén de las canastas,

las almendras librará

de su felpa dulce y blanda

para que el Sol con su luz,

pueda de rojo pintarlas.

[...]

"Hoja de parra" (Talla en madera), s.XIX

para el servicio de mesa de una Hacienda de Pichucalco

Cacao de Pichucalco @

La Quiebra del cacao, 1942.

Francisco J. Lara

 

En sesión builliciosa y parlanchina,

a quebrar las mazorcas policromas

que impregnan el ambiente con aromas

y vívidos colores, se concina.

 

la simpática turba campesina

frente a la “tolla” que guardó las pomas.

las “paletas” se agitan cual palomas

entre las mozas manos, y en la albina

que forman las corrientes rumorosas,

colocan el canasto en que se abisma

la pierna femenil, mientras gozosas

 

limpian de pulpa el grano como primsa;

¡y se admiran las piernas de las mozas,

aún más sabrosas que la pulpa misma!

Mazorcas de cacao antes de la quiebra

Cacao de Pichucalco©

Azadas para trabajo de madera.en las Haciendas

Cacao de Pichucalco ©

PICHUCALCO, 1947. (canción)

Letra: Panchito Lara / Música: Rafael de Paz

 

Pichucalco es un emporio

donde todo fructifica

 y donde se tonifica

la vida en el jolgolio

[...]

Ay ay ay Pichucalco, Pichucalco

que refresca el Chalatengo

 con tanto cariño vengo

a ofrecerte mi cantar.

Y los frutos del cacao

gemas son orfebrería

engarzan de pedrería

el río de cristal.

[...]

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